Cómo el ejercicio regular fortalece su sistema inmunológico

Cómo el ejercicio regular fortalece su sistema inmunológico


Cuando se trata de salud, muchas personas piensan primero en la alimentación y en dormir lo suficiente. ¿Pero sabe qué es igual de importante para un sistema inmunológico fuerte? ¡El ejercicio! Y no me refiero solo al deporte de alto rendimiento. La actividad física regular, sin importar el nivel, es un factor clave para fortalecer sus defensas.

Como exfutbolista profesional, por supuesto, he pasado muchas horas con entrenamientos intensivos, pero incluso después de mi carrera, me di cuenta rápidamente de cuánto me ayuda el ejercicio a mantenerme en forma y saludable. Hoy quiero compartir con usted por qué el ejercicio regular es tan importante para su sistema inmunológico y cómo puede integrar el ejercicio fácilmente en su rutina diaria.


1. La actividad mantiene las células defensivas en movimiento


El ejercicio tiene efectos directos en el sistema inmunológico. El deporte activa las células inmunitarias, especialmente los glóbulos blancos, que son responsables de combatir los patógenos. Con actividad regular, estas células se vuelven más eficientes y están listas más rápidamente cuando el cuerpo se enfrenta a virus o bacterias. Incluso una caminata ligera o una vuelta corriendo puede ayudar a mantener las células inmunitarias en movimiento.

Después de mi tiempo como futbolista, me he asegurado de mantenerme en movimiento regularmente hasta el día de hoy, ya sea a través de trotes ligeros,


2. Menos estrés significa un sistema inmunológico más fuerte


El estrés es un gran enemigo del sistema inmunológico. Cuando estamos constantemente estresados, el sistema inmunológico se debilita y es menos capaz de protegernos contra enfermedades. Una de las mejores maneras de reducir el estrés es hacer ejercicio. El deporte ayuda a relajar el cuerpo y despejar la mente.

Aún hoy, noto lo bien que me hacen, por ejemplo, unos estiramientos cuando el día a día se vuelve estresante. No es necesario ser un atleta de alto rendimiento: incluso media hora de ejercicio puede reducir el nivel de cortisol, es decir, la hormona del estrés, y así fortalecer sus defensas.


3. Aire fresco y movimiento: una combinación imbatible


Uno de mis recuerdos favoritos del entrenamiento es cuánto tiempo pasamos al aire libre. El movimiento al aire libre no solo aporta oxígeno a los pulmones, sino también luz solar a la piel, que es esencial para la producción de vitamina D. Esta vitamina es fundamental para el sistema inmunológico, ya que apoya la función de las células inmunitarias.

Le aconsejo: Aproveche cada oportunidad para moverse al aire libre, ya sea dando un paseo por el parque, haciendo una ruta en bicicleta o una ronda de marcha nórdica. El aire fresco combinado con una actividad ligera actúa como un potenciador natural para sus defensas.


4. Encontrar el equilibrio adecuado: ¡No exagerar!


Puede sorprender, pero incluso el exceso de entrenamiento puede afectar el sistema inmunológico. Especialmente durante mi época activa como futbolista profesional, tuve que aprender a encontrar el equilibrio adecuado entre el entrenamiento intenso y la recuperación. Cuando el cuerpo se somete a un esfuerzo excesivo, el sistema inmunológico puede debilitarse, especialmente si no se toman suficientes descansos.

Para usted esto significa: Opte por un ejercicio regular pero moderado. Tres veces a la semana una carga moderada, como trotar, andar en bicicleta o nadar, es ideal para fortalecer el sistema inmunológico sin sobrecargar el cuerpo. Siempre escuche a su cuerpo y también dése suficiente tiempo de regeneración.


5. El ejercicio mejora la circulación – y esto ayuda al sistema inmunológico


El ejercicio promueve la circulación, y esto tiene un impacto directo en el sistema inmunológico. Cuando el sistema circulatorio se activa, las células inmunitarias pueden ser transportadas más rápidamente por el cuerpo para combatir los patógenos. Especialmente el ejercicio moderado, que eleva ligeramente el pulso, favorece este proceso.


6. El ejercicio hace feliz – y la felicidad protege


Quizás ya lo haya experimentado por sí mismo: después de una buena sesión de entrenamiento, uno se siente simplemente mejor. El ejercicio hace que el cuerpo libere endorfinas, las llamadas hormonas de la felicidad. Y esto, a su vez, fortalece el sistema inmunológico, ya que un estado de ánimo positivo ayuda al cuerpo a protegerse mejor contra las enfermedades.

A menudo he sentido ese "subidón del corredor" después de sesiones intensas de deporte, esa sensación de que uno acaba de hacer algo bueno para sí mismo. Y exactamente esa sensación también puede experimentar usted si se mantiene activo regularmente. No tiene que ser algo grande: incluso una breve vuelta a la manzana puede ser suficiente para desencadenar esa sensación de felicidad y apoyar el sistema inmunológico.

El ejercicio regular es una manera simple pero muy efectiva de fortalecer el sistema inmunológico. No se trata de practicar deportes de alto rendimiento o de agotarse todos los días. Incluso una actividad moderada puede marcar una gran diferencia. Bríndele a su cuerpo el movimiento que necesita regularmente para mantenerse sano y resistente.

¡Manténgase activo y saludable!

Su Pierre Littbarski